Historia del Bosque de San Juan de Aragón. |
Antiguamente el sitio que ocupa ahora el Bosque de San Juan de Aragón era parte del Lago de Texcoco, el cual era un cuerpo de agua salada. A la caída de Tenochtitlán (1521) y la incursión de los españoles en el Valle de México, dió comienzo la desecación del Lago de Texcoco, debido a las continuas inundaciones que ocurrían en el Valle de México.
Entre 1713-1754, los tlaltelolcas rentaron sus terrenos
localizados al poniente del Lago de Texcoco al Capitán español Blas López de
Aragón, el cual mandó construir lo que posteriormente fue nombrada la “Hacienda
Santa Ana”. Ésta tenía una producción de tipo mixto (maíz, trigo y arvejón),
además de la práctica de la ganadería. A la muerte de López de Aragón, la
administración quedó en manos del Marqués del Jaral de Berrio, Miguel de Berrio
y Saldivar, el cual sustituyó el nombre de la hacienda por el título de
“Hacienda de Aragón”, en honor de su fundador. En el siglo XVIII al tomar gran
importancia la “Villa de Guadalupe”, disminuyó la importancia de la Hacienda de
Aragón como punto de atracción económica para los trabajadores, quienes crearon
un pequeño pueblo cuyas actividades giraban en torno a la Hacienda.
El 13 de septiembre de 1857 el Presidente Ignacio Comonfort
promulgó el decreto por el cual se reconoce la existencia legal del pueblo de
Aragón, al cual se le anexó el nombre de San Juan, referido al Santo que se
festeja en esa fecha “San Juan Crisóstomo” y se fundó el pueblo llamado San
Juan de Aragón. La Hacienda de Aragón tuvo un resurgimiento con la
administración de Francisco Anaya, el cual era un cacique que tenía a la
mayoría de los habitantes del pueblo de Aragón trabajando bajo sus órdenes y
cobrándoles impuestos por la extracción de la sal. La Revolución Mexicana,
trajo consigo modificaciones sustanciales en el pueblo de San Juan de Aragón.
La hacienda fue fraccionada y al finalizar la gesta revolucionaria (1917), se
realizó la distribución de tierras a los campesinos, tomando un carácter ejidal
los terrenos repartidos. El 7 de diciembre de 1922, se le hace la primera
dotación de ejidos al pueblo de San Juan de Aragón con una extensión de 1.074
hectáreas (Sentíes, 1991). Para ese entonces, lo que llegaría a ser el Bosque
de San Juan de Aragón se localizaba en la zona antiguamente utilizada como
potrero de la Hacienda de Aragón y al sureste del pueblo que tiene el mismo
nombre. El lugar era una zona de terrenos baldíos, con tipo de suelo salitroso,
que desfavorecía el crecimiento de abundante vegetación y que impidió que fuera
una zona de cultivo intenso.
Durante el sexenio de Lázaro Cárdenas (1934-1940), se tomó la
medida de crear un campamento de reforestación en la zona desecada del lago
(que ya había agotado su reserva salina) para evitar tolvaneras que afectaran a
la población aledaña además de brindarles un espacio ambiental en el que
pudieran recrearse. La obra fue encargada al ingeniero Loreto Fabela, quien
después de una serie de dificultades para acondicionar el terreno para la
reforestación, sentaría las bases de lo que hoy conocemos como el Bosque de San
Juan de Aragón. Es interesante destacar que el propósito original no era la
creación de un Bosque propiamente dicho; más bien, la idea era que las unidades
habitacionales que se iban a instalar en esa zona contasen con un parque
recreativo.